viernes, 31 de agosto de 2012

LUGAR VERTICAL, Noni Benegas

Noni Benegas















En Lugar Vertical (Ediciones Igitur, 2012), Noni Benegas extrema su escritura poética forzándola a alcanzar esa frontera de la realidad donde el alma es aún humana y la vida se manifiesta con la perplejidad que causa su propio misterio. Este libro, que recibió el premio Rubén Darío de la Ciudad de Palma en 2011, constituye  una intensa y vívida radiografía del ser como acontecer.

La tesitura poética de Noni Benegas se fundamenta en una escritura de rigurosa precisión para aproximarse y explorar ese lugar donde late el origen aun a sabiendas de la imposibilidad de revelar el secreto último de la existencia humana. En la dimensión poética de Benegas ese lugar es ante todo una encrucijada en la que el ser puede ascender a la plenitud del conocimiento o hundirse en la quietud. La voluntad de ser requiere valentía [Mil corajes son útiles al estallar la mañana] para escapar de la inmovilidad, de ese «error del despertar» al tiempo muerto de la cotidianidad. La voluntad de ser es lucha, deseo de traslación, que rompe el cerco establecido por esas sociedades inamovibles de actos, que confronta la agilidad de las palabras con la lentitud del tiempo. 
Pero el tiempo no es sólo tiempo también es espacio, lugar, en el que la reiteración del gesto equivale a vida entregada, condenada a la esclavitud y a la aceptación resignada de la muerte como única realidad. Angustiado por este vacío espacial el ser se ve impelido a moverse para sentir el latido de la vida rechazando la aceptación sin cuestionamiento de las cosas [Yo creía que iba toda con las cosas],  interrogándose por ellas y por su naturaleza [¿Qué es esto que preparo / y por qué preparo? o Recorrer un código de errores / ¿por qué esto fuera de lugar? / ¿por qué eso herrumbrado?]  a partir de su  propio ser y estar: «¿Dónde soy?», «¿Qué soy¿», «Cuándo soy?», «¿Cómo soy?» [Volverme del revés / reptar anfibia, / mi anverso palpando el mundo / mi reverso oreando el cielo].
Todas estas preguntas son posibles para Noni Benegas a través de un lenguaje íntimo, fuera de la jurisdicción pública [Ese lenguaje, / semejante al abrazo / de dos estadistas grises / ante los flashes, / tenía altibajos / pero no tenía intimidad, / por ser de dominio público]. Resulta así que este lenguaje secreto, sacralizado por su intimidad, deviene pulsión onírica, fuerza liberadora que rescata al ser de su cárcel y lo impulsa hacia lo alto, lejos de la culpa y la resignación. Quiero un otoño / como si hubiera otoño / y esto fuera vida, escribe Noni Benegas con rebelde ironía certificando cuánto se ha acercado a ese lugar vertical / adonde hundirse o ascender, / ambas decisiones a tomar / entre vaivén y vaivén.