domingo, 26 de diciembre de 2010

EL ALMA DEL GUERRERO, Joseph Conrad



En El alma del guerrero y otros cuentos de oídas (Alianza Editorial, 1984, trad. Enrique Murillo), Joseph Conrad se adentra en los meandros del alma humana y saca a la luz, en un contexto marcado por la guerra, el honor y la lealtad como valores que preservan la conducta humana ante la brutalidad y la violencia.

El alma del guerrero es un cuento maestro que debería figurar entre las lecturas obligatorias de los aspirantes a escritores. Independientemente de su estructura, Conrad, siempre preocupado por trascender la anécdota y conferir a sus relatos un sentido moral, logra aquí llevar su impresionismo estilístico «a un estado de conciencia, como apunta Harold Bloom, en el que el narrador que ve está inevitablemente fundido con lo visto y lo narrado». Situado en el marco de la desastrosa invasión napoleónica a Rusia y la retirada de los soldados franceses acosados por el frío invernal y los ataques del ejército ruso («Entonces empezó la larga desbandada del Gran Ejército. Yo lo he visto avanzar en tropel, como una faltal estampida de demacrados y espectradoes pecadores, a lo largo del más profundo y helado...»), Joseph Conrad trae a colación el relato de una deuda de amistad entre dos oficiales, dos guerreros, de distinto bando. Pero es una deuda nacida de la generosidad de un hombre cuya conducta se rige por principios éticos y valores morales que le permiten ver y reconocer al prójimo, antes que a un enemigo. Al final «la justicia del mundo y el juicio de la humanidad» cayeron sobre el deudor, quien debió saldar la deuda contraída liberando el alma guerrera del otro «de un destino peor que la muerte: la pérdida de toda fe y todo valor».

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